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De piedra filosofal. Así me he quedado cuando he visto esta noticia: Daniel Radcliffe se desnuda en el teatro londinense. La obra no es otra que Equus. Un muy, muy crecidito Harry Potter se deja de hechizos y mariconadas y se sube a las tablas para interpretar a un joven que acude al psiquiatra porque padece una especie de hipofilia. Lo que podríamos llamar un exceso de pasión por los caballos, a los que hace algo más que susurrar.

Lo más sorprendente no es lo bien formado que está el joven -no es que sea una rijosa, juzgad vosotros mismos; salvo un exceso de vello púbico, está muy bien-. Lo que realmente me ha epatado han sido las reacciones de los fans de la saga de JK Rowling ante el despelote del mago. Sirva como muestra:

‘Nosotros como padres pensamos que Daniel no debería salir desnudo. Nuestro hijo de nueve años le tiene a él como ejemplo’

‘Estamos decepcionados y evitaremos llevar a nuestros hijos a ver sus futuras películas’

Hombre estos últimos, les hacen a sus hijos un favor -si sigue interpretando al embrujado-. Estos progenitores… protestarán también porque Swcharzenegger ejecute en California o se quedan tan panchos y llevan a los niños al cine a ver ‘Poli de guardería’?

Apunto: Equus fue llevada al cine en los 70 por Sidney Lumet con Peter Firth y Richard Burton de protagonistas.