Fox España estrenará en nuestro país la segunda temporada de The Walking Dead el 17 de octubre a las 22.20, menos de 24 horas después de su estreno en la norteamericana AMC. Para promocionar este hito, han hecho un gran despliegue promocional como un calendario en el que diferentes celebrities como Rossy de Palma posan ataviadas a lo zombi. No entiendo muy bien la relación entre personajes famosos y la serie basada en el cómic de Robert Kirkman, imagino que con estos posados pretenden salir en otros medios como ya consiguieron con la incursión en la Pasarela Cibeles de un muerto viviente, concretamente en el desfile de David Delfín. El cadavérico personaje, al que costaba distinguir de alguna de las esqueléticas modelos, posaba así de putrefacto al lado de Alaska y Mario Vaquerizo. La pareja, por cierto, ya prepara la segunda parte de su reality de MTV que se desarrollará en los EEUU. ¿Luna de miel por la Ruta 66 o como se rumorea promoción de la gira de Fangoria por Latinoamérica? En cualquier caso, autobombo del peculiar  matrimonio.

Volviendo a The Walking Dead, de la segunda temporada, se sabe que los personajes que quedan, se refugiarán en una granja habitada por otro reducto de humanos que combaten contra los zombis. Yo, no soy muy fan de la serie, porque los zombis en general, ni fu ni fa, y auque no le resto méritos ni calidad,  la primera temporada me pareció algo aburrida y reiterativa.

La segunda ha arrancado dando que hablar por el polémico despido de Frank Darabont en mitad de producción. También sabemos que se dividirá en dos tandas: una que se emitirá ahora de 7 episodios y la segunda de 6 que veremos en febrero. Para abrir boca, hay un buen puñado de teasers con zombis, zombis y más zombis. Y además, ya hay colgados una serie de webisodes, exclusivamente para internet, donde podemos conocer la historia de Hannah, la chica de la bicicleta.

Y para terminar como empecé, hablando de promos de The Walking Dead, la más sonada -pero no intencionada- sin duda fue ésta:  un enorme cartel promocional de la serie que ubicaron contiguo a una funeraria bitánica. Los dueños de la capilla no entendían de humor negro y la empresa de publicidad tuvo que retirar la valla de inmediato y disculparse públicamente. La funeraria otra cosa, no, pero pompa obtuvo.