Decir a estas alturas que Super 8  es un ejercicio de nostalgia y un homenaje a los filmes de Spielberg es redundar, dada la cantidad de caracteres que se han empleado en recalcar el ‘leit motiv’ de este filme. Como tal, funciona, es un guiño a toda una generación de ‘dreamers’ que tomaban prestada la cámara Super 8 a sus padres para emular a los maestros del terror en lo que se llamó Backyard monster movie’ -películas de terror del patio trasero-. Y Super 8 hubiera estado genial si la historia de zombies  que ruedan los chavales hubiera continuado durante toda la cinta, aprovechando las escenas reales que la trama del filme provocaba, el ‘value production’ o valor añadido’ que reclama el orondo director. Pero cuando el arquetípico padre viudo, incapaz de expresar sus sentimientos, le quita la cámara a su hijo… concretamente a mí, como espectador, me quitó también todo el interés, ya que hasta ese momento estaba disfrutando como una nena.

Es en ese punto cuando la cinta se torna previsible, se pierde en escenas lacrimógenas, -no recomendadas para niños huérfanos de madre- y la película deja de ser sorprendente para hacerse tediosa la captura del ‘bicho’ -un mostruo que, como todos, y no escarmientan, sólo venía a traernos amorrrr y nosotros le recibimos a tiros-. Como predecible es el emotivo encuentro entre padres ausentes e hijos hambrientos de cariño que a mí me dió algo de verguenza ajena.

No obstante, lo que no se le puede reprochar a JJ Abrams, amén de su pericia como director, es que no ha sabido administrarse los 50 millones de dólares que le dió Spielberg para rodar. El choque del tren es espectacular, el diseño de producción magnífico, los niños son muy naturales y la banda sonora de Michael Giacchino es perfecta. En resumen, la mejor película del verano, con algún reparo, y es que para disfrutarla plenamente, me han sobrado años y prejuicios.

  • Lo mejor: El personaje del pequeño Guti pirómano con braquets -en la época, aparato-.
  • Lo peor: Que tras la primera hora, se hace mucho más interesante la película que rodaba la pandi -The case-  que la que estamos viendo, menos mal que en los títulos de crédito se nos compensa. Bajo estas líneas podemos verla íntegra.