Almodóvar no estaba allí.

La perspectiva de ver a Bibiana Fernández y Loles León sobre las tablas con un texto realizado para ellas mismas hacía presagiar que asistiríamos a una comedia negra, inteligente, descarada y audaz. Cuando en un inusitado ‘Gracias por salir’, el público enfervorecido se arrancó a aplaudir la aparición de  las  protagonistas en el escenario, ya pudimos darnos cuenta de que esto no iba a ser una adaptación de Ricas y famosas ni íbamos a disfrutar de los diálogos de los filmes de George Cukor.

Félix Sabroso y Dunia Ayaso, los directores canarios, en otro tiempo revelación por las comedias petardas ‘Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí’ y ‘Descongélate‘, han realizado un texto como regalo a sus dos amigas en la línea de ‘El último tranvía‘ y ‘Vaya par de gemelas‘ . Las ‘chicas Almodóvar’  interpretan a dos amigas que se reencuentran después de 8 años cuando una de ellas pide ayuda a la otra durante un intento de suicidio. Bibiana representa a la mujer glamourosa, frívola, adicta y devora hombres que acumula fracasos sentimentales y se resiste a envejecer. Por su parte, Loles León, es la aparentemente sensata, equilibrada y amiga coyote que, a pesar del distanciamiento, acude rauda al encuentro de su compañera suicida.

Con  multitud de referencias a sus propias vidas… ‘en los 80 nos metíamos de todo’ …  en la casi hora y media que dura el espectáculo, Loles derrocha muecas y ese desparpajo que estamos acostumbrados a ver en ella y Bibiana, luce palmito y lencería sexy de manera envidiable.

Se echa de menos un diálogo más audaz e inteligente, más negro, con más mala leche, en la línea de la soberbia ‘Qué fue de Baby Jane‘  o ‘Canción de cuna para un cadáver’ de Robert Aldrich.  Pero mi expectativa era obviamente, un desideratum, ya que, durante la obra repasé mentalmente los trabajos de ambas artistas en los medios y no eran comparables a los de la Crawford y la Davis.

La historia de ‘La gran depresión’ no dice nada y es un cúmulo de chistes facilones, tópicos y referencias actuales… ‘Tu bolso parece el Mercadona’. A mí me hizo sonreir en ocasiones, confieso, pero el público entregadísimo se reía a carcajadas y coreaba con ellas el ‘Help ayúdame’, que conste. Me faltó el ‘agradecidas y emocionadas‘  final y me estemecí imaginándomelo, pero ya era consciente de que la Movida había muerto cuando recientemente me encontré a Pedro Almodóvar en una cafetería del Barrio Salamanca desayunando un croissant… ‘Con lo que nos metimos en los 80’…